Cuando el abismo te devuelve la mirada

Frente al abismo

Frente al abismo, de Lucas Berruezo, reúne quince relatos donde el horror irrumpe de forma sutil pero constante. Desde las primeras líneas de cada cuento, se percibe una atmósfera inquietante, aunque el marco narrativo remite a situaciones cotidianas, mundos naturalistas y tramas simples que, en apariencia, no constituyen el terreno más fértil para lo siniestro. Sin embargo, Berruezo consigue que el terror surja con asombrosa naturalidad, como si fuera una dimensión latente de la vida diaria. La premisa parece ser clara: cualquier circunstancia puede volverse extraña.

Una cena entre amigos que deriva en un descuartizamiento, una joven que, bajo la carga de la maternidad, cuida en realidad a una muñeca, o un hombre que deja morir a su esposa para jugar una partida más de un videojuego: estos son apenas algunos ejemplos de los relatos que conforman este volumen. En Frente al abismo, no se apela a lo fantástico en su sentido tradicional, porque el horror emana de lo real. Todo puede volverse monstruoso.

Stephen King señaló en una ocasión que “lo peor de los monstruos es que existen, viven adentro nuestro y a veces ganan”. En la narrativa de Berruezo, los personajes son tomados por esa monstruosidad interna. Esta perspectiva encuentra resonancia en el ensayo de Sigmund Freud “Lo ominoso” (1919), donde se postula que lo familiar puede tornarse terrorífico cuando aquello que debía permanecer oculto sale a la luz. El autor argentino parece construir sus relatos en esa tensión permanente entre lo visible y lo reprimido.

En cuentos como “El paseo”, se difuminan los límites entre la fantasía y la realidad, entendiendo por fantasía no lo fantástico en términos de irrealidad, sino los miedos íntimos y casi irracionales —como el temor de los padres a perder a sus hijos de forma abrupta e inexplicable—. Es allí donde lo mental y lo simbólico toman forma en la trama, como si una pesadilla lograra manifestarse en el mundo tangible.

Los universos que Berruezo propone están cuidadosamente construidos, aunque el impacto de sus finales, a menudo abruptos, deja al lector desorientado, como quien despierta de un sueño confuso donde los deseos más oscuros se hacen presentes. Esa desorientación refuerza la dimensión perturbadora de los textos.

Otro recurso destacado en la construcción de la atmósfera es la estructura de la leyenda urbana. En “Hadas” y “Inseguridad (Un relato sobre él y ella)”, se instalan situaciones profundamente realistas que incluyen elementos como la exposición de niños a internet o el debate en torno a la inseguridad en el contexto sociopolítico argentino. En ambos casos, la realidad empuja a los personajes hacia acciones impulsivas o inconscientes que habilitan lo inesperado.

Lucas Berruezo entrega así un libros inquietante, donde cada historia deja sin aliento al lector, que, lejos de apartarse, vuelve una y otra vez a esas páginas en busca de más. Un recorrido literario que revela cuánto horror habita en lo cotidiano.